No hago descuentos en Black Friday. Mi experiencia en Manos de Hada

📆 2025-11-23

Cada noviembre, llega la presión del Black Friday. Clientes que preguntan si voy a hacer descuentos, competidores que los anuncian a gritos, redes sociales llenas de ofertas. Pero en Manos de Hada, mi respuesta es siempre la misma: no. No hago descuentos en Black Friday. Esta decisión no nace de falta de ambición comercial o de desconocer marketing. Es, precisamente, lo contrario: es haber aprendido cómo funciona realmente el negocio de la restauración artesanal.

Mi experiencia: los clientes baratos cuesta caros

He cometido el error de hacer ofertas. Y he aprendido, de forma dolorosa, que cada descuento que hago mata el margen de mi negocio. Cuando descuentas un mueble restaurado de €400 a €280, no estás haciendo un cliente feliz. Estás entrenando a alguien que nunca volverá a pagar precio normal y que, además, dudará de la calidad de tu trabajo. Porque la lógica es simple: si valía €400 hace una semana, ¿por qué cuesta €280 hoy si no ha cambiado nada?


Lo he vivido en carne propia. Estas son las razones reales por las que no vuelvo a hacerlo:

  • Destruye tu margen (y tu capacidad de invertir): Una restauración toma 40-50 horas de mi tiempo, materiales de calidad, herramientas. Si normalmente gano €200 de margen y hago un 30% de descuento, ese margen se evapora. Peor aún: tengo que trabajar más horas para ganar lo mismo. Y eso significa menos tiempo para nuevos proyectos, menos inversión en mejores técnicas, menos crecimiento.

  • Atraes al cliente equivocado: Quien viene por un descuento no valora tu trabajo. Es alguien que comparó 5 presupuestos buscando el más barato. Será exigente, cuestionará tu precio, pedirá cambios gratis después de terminado. Y nunca volverá a comprar a precio normal, porque su referencia es el descuento.

  • Entrenas a todos a esperar ofertas: Una vez que hago Black Friday, mis clientes habituales empiezan a preguntar: "¿Cuándo es la próxima oferta?" He roto mi propio sistema de precios. Ahora tengo que estar recordando que "no, ese es el precio, no hay oferta."

  • Cuestiona la calidad de tu propio trabajo: Inconscientemente, los clientes piensan: "Si el mueble valía €400 la semana pasada, y hoy cuesta €280, algo huele mal." No cuestionan que hayas mejorado tu técnica, que uses mejores materiales. Cuestionan si quizás antes estabas cobrando demasiado.

Lo que realmente vendo (y por qué tiene precio)

Cuando alguien me lleva un mueble para restaurar, no está comprando un "mueble pintado." Está comprando:

  • Conocimiento acumulado: 15+ años restaurando muebles antiguos. He visto carcoma, madera podrida, barnices de los 50, tapizado desintegrándose. Sé exactamente cómo tratar cada caso. Eso no se aprende en YouTube.

  • Tiempo real (40-60 horas por mueble): Limpieza, reparación de grietas, decapado, lijado, tratamiento de plagas, reemplazo de piezas, acabado final. No es trabajo de 4 horas. Es trabajo de semanas, a menudo.

  • Singularidad garantizada: Cada mueble que me llegan es diferente. El roble de 1920 no se restaura igual que el nogal de 1970. No hay receta mágica. Cada pieza requiere decisiones especializadas.

  • Durabilidad: Un mueble que restauro bien debe durar mínimo 20-30 años más. Estoy vendiendo paz mental: sabes que tu silla va a aguantar, que el mueble no se va a quedar sin barniz en 3 años.

  • Sostenibilidad (con coste): Uso materiales de calidad, procesos ecológicos, y dedico horas a entender qué es lo mejor para cada pieza. Esto cuesta más que comprar pintura barata en el chino.

  • Relación directa conmigo: Si en un año el mueble tiene un problema, me llamas. No es una tienda online donde nadie responde. Soy yo, cara a cara, disponible.

El cliente que lo entiende no viene buscando un descuento. Viene porque sabe que me está pagando por todo eso. Y respeta el precio porque entiende que es justo.

Black Friday y yo: dos mundos completamente diferentes

Black Friday fue diseñado para que Amazon, Carrefour, Zara liquiden inventario masivo. Compran 10,000 camisetas en bulto, les sale cada una a €2, las venden a €8, y hacen un 30% de descuento. Siguen ganando dinero.

Yo no. Yo no tengo 10,000 de nada. Recibo un comedor de 1960 que necesita trabajo. Invierto 50 horas. Gano mi margen. No hay inventario muerto. No hay exceso para limpiar. Mi negocio no es volumen, es calidad.

Entonces, ¿por qué haría un descuento en Black Friday? No tiene sentido económico. No estoy liquidando nada. Solo estoy regalando dinero que sudé ganando.

Mi cliente ideal busca calidad, no ganga. Esos dos clientes nunca van a cruzarse.

Contacto

Cuéntanos tu proyecto

Te escuchamos

Por favor, rellene mensaje

Sobre mi

Fiona Manos de hada

¡Hola¡ Me llamo Fiona soy
restauradora de muebles e interiorista

Me encanta restaurar muebles antiguos, el olor a madera, a cera, renovar y customizar cuando son mas nuevos, tenerlo delante con su historia y sus cicatrices y poder darle una nueva oportunidad y un nuevo uso.

Naranja IT - Desarrollo web